16 Nov Evitar contagios para evitar enfermar
Con la llegada del invierno bajan las temperaturas y las defensas se debilitan. A eso hay que sumar aulas llenas de alumnos y también repletas de gérmenes, virus y bacterias se dan cita con molestos resfriados, gripes, gastroenteritis… entre otras enfermedades típicas de la fecha.
Los niños más mayores y los adolescentes suelen tener un sistema inmunitario más resistente, además suelen ser más cuidados con su hábitos de higiene, pero la cosa cambia considerablemente en los bebés y niños pequeños. La inmadurez propia de la edad, la falta de cuidados y sobretodo el hecho de que empiecen por primera vez una etapa escolar, ya sea en la guardería o en el ciclo de educación infantil, es lo que más eleva el índice de bajas por enfermedad. Como reconocen la mayoría de los padres, en los primeros años de escolarización de los hijos, éstos están literalmente la mitad del tiempo enfermos.
Contagiarse es un verdadero engorro, no solo por el malestar de los pequeños, sino por las complicaciones que a veces suelen darse por resfriados que no acaban de curarse bien, recaídas de gripes, y el estado anímico y agotamiento que conlleva. Pero para los padres también se convierte en una complicación el hecho de tener que faltar al trabajo para cuidar del hijo enfermo, o coordinar toda una descomunal logística organizando horarios y cuidadores que puedan atender al hijo cuando las obligaciones de los progenitores impiden estar disponibles (con el consecuente sentimiento de culpa).
Para evitar todas estas incomodidades lo mejor es intentar evitar el contagio, por eso te ofrezco unos consejos sencillos que te ayudarán a sobrellevar mucho mejor la vuelta al colegio de los hijos.
Reforzar el sistema inmunitario
- Dormir bien: el descanso apropiado es vital para que el organismo se recargue de energía. La falta de sueño provoca cansancio lo que conlleva una disminución de las defensas.
- Evitar el estrés: pensamos que el estrés es solamente cosa de adultos pero es incierto. La vida agitada, la agenda repleta de actividades extraescolares y las prisas con las que viven hoy en día los niños incide en agotamiento y en una bajada de las defensas.
- Alimentación correcta: la comida precocinada, el fast food, los aditivos, los conservantes, las bebidas edulcoradas, la bollería industrial, el azúcar, y en definitiva una dieta adaptada al paladar en vez de a la salud hace que el cuerpo enferme con mayor facilidad. Lo idóneo es tener una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, cereales, frutos secos, aceites esenciales, lácteos fermentados, pescados y carnes.
Normas de prevención
- Lavarse a menudo las manos con jabón y secarse con una toalla no compartida (lo mejor es cada uno tenga la suya propia).
- Evitar estar cerca de personas enfermas.
- Evitar estar en ambientes cargados y cerca de fumadores.
- La zona de higiene para el cambio de pañales y orinales no debe de estar cerca de los alimentos, además de que de debe limpiar y desinfectar después de cada uso.
- Los pañales deben tirarse de forma higiénica en contenedores especiales para ese fin.
- Lavarse las manos concienzudamente después de un cambio de pañal (en caso de los padres), o de ir al baño (en caso de que el niño ya sea autónomo)
- La zona de juegos también debe limpiarse a menudo ya que los bebés y los niños pequeños se meten todo tipo de objetos en la boca.
- Los alimentos deben prepararse bajo estrictas normas de higiene.
- Si es el adulto el que está enfermo deberá proteger su boca y nariz con mascarillas para evitar contagiar al bebé.
En caso de que aún así el niño enfermara, es importante no llevarlo al centro escolar para evitar que contagie al resto de compañeros de la clase. Además de tener en cuenta de que siempre es más fácil el contagio de un niño a un adulto que al revés.
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