¿Es aconsejable el uso del chupete?

El chupete está muy extendido en nuestra cultura. Sólo en España, el 75% de los niños menores de un año lo utiliza, y en torno al 20% sigue utilizándolo a los tres años. No se trata de un artículo radicalmente aconsejable o desaconsejable, ya que cuenta con ventajas y con inconvenientes casi en la misma proporción.

Entre los beneficios más reconocidos y valorados del chupete se encuentra el efecto tranquilizante que produce su succión. Esto, sin embargo, no debe confundir a los padres, haciéndoles creer que el chupete es un recurso “antillanto”: el niño debe llorar, porque es su forma de comunicarse, y sus demandas deben atenderse cogiéndole en brazos, meciéndoles o hablándole de forma suave y cariñosa.

Otro aspecto positivo guarda relación con los bebés prematuros que, debido a sus condiciones de nacimiento, están obligados a alimentarse inicialmente mediante sonda. El empleo de chupete acelera la maduración del reflejo de succión en estos bebés, con lo que se favorece una transición más rápida a la alimentación oral. Se trata, en todo caso, de una excepción, ya que por regla general el chupete no debe ser ofrecido a los niños antes de los quince días de vida, a fin de no viciar la técnica de succión del bebé en su ejercicio de lactancia mamaria.

Los inconvenientes tienen que ver más bien con la posibilidad de que concurran situaciones de riesgo que podrían atentar contra la salud o la seguridad del bebé. En primer lugar, parece demostrado que el chupete es un factor de riesgo de otitis media aguda, debido al ejercicio continuado de succión, que ante una situación de bloqueo en las fosas nasales puede favorecer el reflujo de las secreciones de la boca y la faringe hacia el interior de la cavidad del oído. Uno de los principales argumentos contra el chupete es el riesgo de padecer malformaciones en la dentición debido a uso prolongado, pero es ahí donde los padres deben intervenir para eliminar el hábito. Otra amenaza para el niño habituado al chupete es el desarrollo de caries, pero sólo si la tetilla se moja o se impregna de sustancias dulces como el azúcar o la miel. Es frecuente también la crítica al chupete por el riesgo de contraer infecciones a través  de la saliva, pero esto se evita guardando el chupete en los momentos de no succión dentro de los portachupetes y, sobre todo, mantener muy limpia y regularmente desinfectada la tetina. Por último, un riesgo habitual es la posibilidad de sufrir accidentes infantiles, debidos no tanto al chupete como a accesorios como cadenas o piezas de adorno.

Teniendo en cuenta estas ventajas y permaneciendo vigilantes ante los posibles inconvenientes, en principio no hay ningún problema en el empleo de chupetes, siempre y cuando su uso no se prolongue más allá del año. Entre el primer y segundo año de vida es buen momento para eliminar el chupete.

Capítulo extraído del libro Ya estoy en casa

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2 Comentarios
  • Anónimo
    Escrito el 22:45h, 16 enero

    tengo una bb de 3 mesesquiero enseñarla al chupo pero me es dificil como hago pàra que se acostumbre a el

  • admin
    Escrito el 16:24h, 18 enero

    Hola. ¿Porqué quieres que se acostumbre? Hay bebés que no quieren chupete, algunos prefieren el dedo, y otros sencillamente no quieren nada. No debes obligarle a que lo tenga, es más, si no lo quiere pues mejor, te ahorrás tener que desacostumbrarle más adelante.