Un ayuda para tratar los síntomas de la alergia

Con la llegada de la primavera, las alergias y demás patologías relacionadas como son la rinitis, la conjuntivitis, la dermatitis y el asma, resurgen con mayor intensidad. Esto es debido a que la llegada del buen tiempo favorece la floración, lo que significa que haya mayor cantidad de polen en el aire.

Actualmente, y sobretodo en países desarrollados, el estilo de vida agitado, el estrés, la falta de descanso, la mala alimentación, la contaminación… hace que cada vez se diagnostiquen más casos de alergias. Según la SEAIC (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica), cerca del 25% de la población española sufre algún tipo de reacción alérgica, siendo las de tipo ambiental una de las más extendidas.

¿Qué tienen en común todas estas patologías?

Las alergias en cualquiera de sus manifestaciones (erupciones cutáneas, picores, deficiencia respiratoria, mucosidad, diarreas, tos…) es una reacción exagerada que tiene el sistema inmunitario ante una sustancia que, sin ser dañina para cualquier otra persona, resulta altamente peligrosa para el individuo que padece alergia, pudiendo llegar a provocar hasta un shock anafiláctico.

A unos, sin saber porqué, les afecta el polen de las graminias, a otros el pelo del gato, y a otros el plátano, por poner un ejemplo. Y es que de las alergias se podría decir que son enfermedades “fantasma”, ya que se desconoce la verdadera razón por la que causan semejante rechazo en el organismo. Los motivos siguen siendo aún un misterio, pero mientras la investigación avanza, podemos encontrar en los medicamentos homeopáticos un gran aliado para combatir y a prevenir todos esos molestos síntomas.

La homeopatía, una gran aliada

Para tratar los síntomas de las alergias, la medicina convencional se basa en antihistamínicos, corticoides e inmunodepresores, que son medicamentos que inhiben la respuesta del sistema inmunitario. En cambio, la medicina complementaria ofrece una vía terapéutica muy beneficiosa y saludable, con resultados similares a los que ofrecen los antihistamínicos, pero con la ventaja de que no causa somnolencia ni ningún otro efecto adverso que impida al paciente hacer su vida normal.

La homeopatia equilibra y prepara al organismo en su conjunto, para su correcto funcionamiento, activando las defensas y fortaleciendo el sistema inmunitario, además de aliviar los síntomas. Son muy beneficiosos tanto para prevenir simples enfermedades, como para tratar síntomas de patologías agudas, crónicas o de repetición como es en el caso de las alergias.

Los medicamentos homeopáticos son completamente inocuos y además no tienen efectos secundarios, por ese motivo son aptos no solo para adultos sino también para embarazadas, bebés y niños. Cada vez son más los padres que recurren a este tipo de tratamiento y es que, se ha demostrado además que la homeopatía ofrece mejores resultados precisamente en los niños. Esto es debido a que su organismo, al ser más joven resulta más receptivo, y no está tan “sucio” de sustancias nocivas y químicas que lo bloquean o lo interfieran.

Los tratamientos homeopáticos

Cada vez son más los pediatras que tienen formación en homeopatia y combinan sus tratamientos de medicina convencional con medicamentos homeopáticos. Esto ha supuesto un importante avance en el campo de la salud, pues se ha detectado un abuso innecesario de fármacos en las últimas décadas. Además, se pueden dar casos en que ambas medicinas se complementan, en situaciones que requieran una actuación conjunta, como sucede en el caso del asma, en el que se puede llevar a cabo un tratamiento homeopático de base, pero que en un momento de urgencia se pueda recurrir a un inhalador durante un ataque de asma.

El homeópata para poder recetar un tratamiento deberá previamente realizar un diagnóstico exhaustivo, y para ello deberá tener amplia información del niño. Lo normal es que realice preguntas que puedan resultar atípicas en cualquier otro especialista pero, que para la medicina alternativa, que ve el cuerpo en su conjunto, son importantes para determinar el cómo, el cuándo y el porqué de la enfermedad. Podrá incluso hacer una exploración física y realizarle las pruebas necesarias como en cualquier otra disciplina. La diferencia radica en la elección del tratamiento, que será con productos homeopáticos siempre que sea posible.

Es importante recordar que hay evitar el auto diagnóstico. Lo mejor es visitar a un buen homeópata y que sea él quien dictamine el tratamiento, recetando los medicamentos homeopáticos, estableciendo la disolución, las dosis y la pauta de ingesta, para luego poder valorar la efectividad y realizar una evaluación y seguimiento del paciente.

 

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