Tras el parto, controla las visitas

La llegada de un bebé siempre es ansiada por la familia y amigos pero hemos de tener en cuenta que el proceso del nacimiento es fatigoso y doloroso. Por ello es importante controlar las visitas para el buen descanso de la madre y del bebé.

En el momento en el que tienes a tu hijo en brazos después de varias horas de parto, lo único que necesitas es estar con él y con tu pareja. Es importante que esas primeras horas sean de intimidad, momentos para conoceros, para empezar la lactancia, para reponeros del esfuerzo.

Una habitación llena de gente dando consejos, hablando de sus experiencias personales en ese u otro tema, queriendo coger al niño, haciéndole fotos… es un clima de estrés para el bebé y para ti y por lo tanto nada recomendable.

A continuación encontrarás una serie de consejos que puede que te ayuden al respecto:

  • Haz saber a la familia de antemano, cómo quieres llevar el parto, si deseas o no que te estén esperando fuera del paritorio.
  • Informa tú a tu familia y tu pareja a la suya. No seas la única que marque los pases de visita. En esos momentos es muy importante que tu pareja intervenga y permita un ambiente sosegado y tranquilo.
  • Si una visita se alarga demasiado comentarle que estáis cansados y que preferiríais estar solos.
  • Ante los consejos constantes de madres, suegras, abuelas… déjales claro que lo agradeces pero que tú también tienes tu criterio y que has de aprender poco a poco igual que lo hicieron ellas.
  • En la medida de lo posible dosificad las visitas, hablar con los amigos y decirles que esperen unos días para ver al bebé pues al principio es la familia la que va a conocerle.

Muchas veces por vergüenza, apuro o simplemente por cordialidad, aguantamos situaciones que nos crispan por dentro. Es momento de olvidarse de lo cordial y ser valientes a decir lo que necesitamos. Si realmente no te encuentras bien para atender visitas, necesitas un momento de tranquilidad con tu bebé, quieres dormir para descansar o simplemente necesitas estar a solas, no te cortes y dilo. En esos momentos son los demás los que deben entenderte, sobretodo si ya son padres.

 

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