¿Por qué suceden las rabietas infantiles?

¿Porqué los padres no consiguen hacerse entender por sus hijos y los hijos sienten que sus padres no los entienden? ¿Por qué la mayoría de los adultos tiene conflictos con su familia de origen? ¿No os parece extra?  Y vosotros, ¿cómo os sentíais cuando os consideraban niños mimados y caprichosos, cuando llorabais y conseguían que dejarais de hacerlo dándoos un cachete o mandándoos castigados a vuestro cuarto? Volved atrás en el tiempo: vosotros también , de queques, teníais una buena razón para estar tristes o par no querer hacer esto o aquello. No lo hacíais a propósito, y cada vez que estabais tristes os resultaba espontáneo recurrir a las rabietas. Esta es la clave: Los niños siguen principios fisiológicos naturales y tienen necesidades emocionales innatas. Estos principios y estos factores son su lenguaje. Solo quien se adecua a este lenguaje puede comprenderlos y ayudarlos a crecer felices y serenos.

¿Qué hacemos nosotros, en cambio? Con frecuencia, en vez de adecuarnos a su lenguaje, liquidamos rápidamente el asunto: los juzgamos, damos pro descontado que solo se trata de una rabieta, un capricho y no nos preguntamos:

– ¿Por qué hoy no quiere comer? (Puede que no encuentre su juguete preferido y esté enfadado por eso pero no sepa como decirlo)
– ¿Por qué esta mañana se ha levantado con el pie izquierdo y no quiere ponerse la camiseta que yo digo? (Puede que ayer se peleara con un amiguito y no quiera volver al colegio por eso).
– ¿Por qué no quiere lavarse las manos y no para de llorar? (Puede que su padre le haya regañado con demasiada dureza cuando ha roto un vaso, sin querer, y ahora se siente triste y humillado).

Detrás de estos comportamientos aparentemente caprichosos, histéricos e incomprensibles se esconde la verdadera causa: siempre hay un nudo emocional que desencadena los comportamientos externos que nosotros definimos, erróneamente , como “caprichosos”.

So de estos primeros ejemplos habéis deducido que conseguimos arreglárnoslas con niños y adolescentes difíciles solo porque les concedemos todo antes de que nos lo pidan, estáis muy equivocados.

En todas las experiencias que estamos compartiendo el objetivo siempre ha sido el mismo: secundar al niño, hacer que se sienta comprendido, emplear su mismo lenguaje para transmitirle el afecto y la confianza que nos permitirán corregir poco a poco sus costumbres (lavarse, ordenar, ser amable, y dar las gracias, portarse bien en la mesa, etc.).

Extracto del libro: Se acabaron las rabietas.  Autores: Roberta Cavallo y Antonio Kanarese. 

238 págs. · Tapa blanda · 15×23 cm · ISBN: 9788490606322 · PVP: 17,90 € · COMPRAR

 

No hay comentarios

Deja tu comentario