06 Nov Consigue que tu hijo duerma mejor
El sueño de tu hijo repercute en toda la familia, cuando él duerme bien todos estáis descansados, por eso ayudarle a dormir os ayudará a descansar.
Muchas veces cuando un niño no se duerme solo, los padres, presionados por las obligaciones del día siguiente, se angustian y se estresan y algunos se dejan llevar por la desesperación acudiendo a métodos para dormir al niño poco “amables”, cuya idea básica es que hay que dejarles llorar. El resultado final es que el niño se acaba durmiendo por agotamiento y con la sensación de que sus padres no acuden a él cuando más los necesita, llora y llora pero nadie acude o si lo hacen es desde la distancia. Esa desatención, noche tras noche, genera en el niño unos sentimientos que en el futuro se traducirán en inseguridades, recelo y trastornos reales del sueño. Ha continuación te damos algunas pautas que te pueden ayudar a la hora de llevarlos a la cama.
Consejos para ayudarle a dormir bien
- Llévalo a dormir cuando de síntomas de tener sueño (bosteza, se frota los ojos, está pasivo…), ni antes ni después.
- Evita cenas pesadas que necesiten largas digestiones.
- Asegúrate que todas sus necesidades estén cubiertas (hambre, pipi, caca, sed …)
- Vigila la temperatura de la habitación, lo ideal es alrededor de los 19ºC .
- Evita actividades agitadas antes de la hora de dormir.
- Intenta establecer una rutina y repítela cada día, eso le ayudará a recordar que llega la hora del sueño. Por ejemplo: primero el baño, luego la cena, a continuación el cuento o una canción y por último a la cama.
Si por otro lado tu hijo se despierta a menudo por las noches, sabes que no tiene ninguna afección que le impida dormir y has descartado que sufra algún trastorno del sueño que deba ser tratado por un especialista, entonces habrás llegado a la conclusión que su comportamiento durante la noche entra dentro de lo normal para un niño de su edad. Si es así, solo te queda esperar a que tu hijo adquiera la madurez necesaria para llegar a dormirse por sí solo. Ese momento llega antes o después, pero hasta entonces, conseguir un buen descanso para toda la familia no será tarea fácil y sólo se conseguirá con mucho cariño y comprensión. Aquí te damos unos consejos para minimizar los efectos de su adaptación a lo que será el sueño adulto:
Consejos para sobrevivir a los despertares nocturnos
- Acude pronto a su llamada, no le dejes llorando pues luego le costará más volverse a dormir. Muchos de los despertares no durarían más que unos segundos si pudieras tranquilizar a tu hijo al momento de notar su inquietud.
- Tranquilízale para que vuelva a sentirse seguro: tu voz calmada, tus brazos, tu presencia es lo que más necesita.
- Duerme cerca de tu hijo. Te planteamos dos situaciones y piensa cual, en el fondo, os interesa más a todos:
- Tu hijo se inquieta, llora y te despiertas, te levantas, atraviesas el pasillo hasta su habitación, lo calmas para que vuelva a dormirse y regresas a la cama. Total: unos 30 minutos.
- Tu hijo se inquieta, alargas la mano, le tranquilizas, evitando que se asuste y se despierte completamente y vuelves a dormirte. Total: 30 segundos.
Confiamos que estos consejos prácticos te ayuden a establecer unas pautas que mejoren el descanso y la calidad de vida de toda la familia.
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