Cirrosis infantil

Desde hace tiempo los pediatras están dando la voz de alerta ante el incremento de enfermedades hepáticas en niños. El exceso de grasa que se acumula en el hígado está llevando a darse casos de cirrosis y fallo hepático.

Una dieta hipercalórica, rica en alimentos grasos y una vida sedentaria conlleva, no solo a la obesidad, sino a lo que se ha llamado como “Enfermedad del hígado graso no alcohólico en niños (EHNA)”, que no es otra cosa que la acumulación de grasa en las células hepáticas lo cual puede llevar a la cicatrización del hígado (cirrosis).

Es una enfermedad que no da síntomas hasta que está muy avanzada, por lo que la mejor manera de evitarla es con una dieta sana y equilibrada y con ejercicio físico.

La cirrosis hepática es una enfermedad que hasta ahora estaba fuera del alcance infantil, pero que cada vez más preocupa a los profesionales por lo terrible que es.

Comida rápida, bebidas azucaradas, bollería infantil…son alimentos poco saludables con un alto contenido en azúcares que causa el deterioro de órganos vitales tales como el corazón y el hígado. De entre los azúcares, la fructosa, es el más dañino para el hígado, ya que al entrar en el organismo se transforma en grasa que se acumula en el hígado.

Una mejora en la dieta diaria y un aumento en la actividad física de nuestros hijos les favorecerá en el presente y les protegerá en un futuro.

 

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