Proteger la piel del sol

La piel de los niños es mucho más fina, permeable y absorbe más radiación que la del adultos, por eso los pequeños tienen mayor predisposición a deshidratares y a sufrir problemas cutáneos.

Una mala exposición a edades tempranas puede tener consecuencias muy negativas en la salud de la piel a corto plazo (eritemas, insolaciones, ampollas..) pero también a la larga. La piel tiene “memoria” por eso una protección solar correcta, en los primeros años de vida y hasta los 18 años, consigue reducir significativamente el riesgo de cáncer de piel en el adulto.

A continuación te ofrecemos algunas recomendaciones a tener en cuenta en verano:

  • Los bebés menores de 6 meses no deberían exponerse directamente al sol ni ir a la playa.
  • El uso de crema solar no debe limitarse a los momentos de playa o piscina, sino que es aconsejable ponérsela en días de sol incluso para salir a la calle.
  • La crema solar debe aplicarse media hora antes de exponerse al sol.
  • Los expertos recomiendan utilizar un factor de protección 30 como mínimo, indistintamente del tipo de piel que se tenga. Y un factor 50 para pieles más sensibles y claras.
  • Cubrir todas las partes del cuerpo, incluidas nuca, orejas, empeines…
  • Evitar los productos que llevan alcohol, como los perfumes, aplicados directamente en la piel, ya que pueden producir manchas cutáneas.
  • Tampoco hay que olvidar la crema solar los días de verano que están nublados, ya que los rayos ultravioletas penetran las nubes pudiendo provocar quemaduras.
  • En la montaña hay que incrementar el uso de protector solar.
  • Evitar las horas de máxima radiación, entre las 12 y las 16 horas de la tarde.
  • Renovar la aplicación de la crema solar cada os horas.
  • Es importante inducir en las zonas delicadas como son nariz, mejillas, labios y hombros.
  • En la orilla del mar es recomendable el uso de gorra, camiseta y gafas para una protección más segura.

Para evitar la deshidratación en días de sol y calor elevado no hay que olvidar la ingesta de líquidos, además de utilizar gorras o sombreros para proteger la cabeza.

Y después de la exposición al sol, lo mejor es una ducha con un gel neutro, y la aplicación de crema hidratante o aceite para aliviar y calmar la piel.

1Comentario
  • anonimo
    Escrito el 17:29h, 20 junio Responder

    Recuerdo que hace 7 años mi madre me trajo una camiseta de neopreno para el agua desde Australia ( allí la radicación es altamente más peligrosa que en otros países del mundo y todo el mundo las llevaba para estar en la playa). Estas camisetas no son sólo para hacer deportes acuáticos también protegen a la hora del baño. Ese verano, un día que me fui a la playa mi familia se burlaba de mi diciendo que la crema solar era más adecuada que llevar eso…. Al final de la jornada playera todos estaban quemados y rojos menos yo, que estaba más fresca que una lechuga, al final del día la que se rió fui yo y mientras ellos pasaron la noche entre quejidos yo dormí más fresca que una lechuga.
    Desde entonces esta camiseta me acompaña cada verano en la playa, yo la renuevo cada dos años y así es como he evitado quemaduras solares. El sol es peligroso digan lo que digan…. Y prefiero mil veces tener una piel sin broncear pero sana que terminar con un susto innecesario más adelante.

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