Comunicación entre padres e hijos

A veces una norma tan simple como respetarse a la hora de hablar puede mejorar enormemente la comunicación entre padres e hijos. Por eso, decirles aquello de que “si yo te hablo bien, tú me hablas bien” puede ser efectivo para eliminar la tensión a muchas conversaciones familiares.

Contención, contención y más contención. Esto es lo que nos hace falta a los padres para poder ser afectivos y efectivos con nuestros hijos. Recordemos que contención no es reprimir lo que sentimos, sino expresarlo sin desbordarnos ni desbordarlos. Para contener a nuestros hijos no siempre hacen falta palabras; puede bastar con nuestra presencia apacible y comedida, con poder estar frente a su enojo o su dolor sin descomponernos ni alterarnos. Si los padres estallamos o saltamos a la mínima –lo cual nuestros hijos nos ponen realmente muy fácil-, nuestra labor pierde eficacia y profundidad.

Autoridad no significa gritar más que ellos o decir lo que tengamos que decirles más alto. Alguna vez puede hacer falta y puede funcionarnos, pero por sistema no hace más que crispar el ambiente y aumentar la tensión hasta el límite.

Muchos padres se quejan de que, aunque ellos mantengan la calma y la compostura, sus hijos no hablan, muerden. Que apenas abren la boca saltan chispas, que se ponen a la defensiva por menos de nada o que pasan directamente al ataque por una simple sugerencia o comentario.

– ¿Qué tal te ha ido? – le preguntó una madre a su hija a la vuelta de un viaje.

– ¡Ay, mamá! ¡Déjame en paz y no empieces ya! – respondió la hija.

Una amiga mía, la primera vez que su hija le alzó la voz y le salió con un desaire de este tipo, le dijo:

– Mira qué te digo: Si yo te hablo bien, tú me hablas bien, ¿entendidos?

Con esta frase basta. ¿Para qué decir más? En realidad, saber contenerse es precisamente ser capaz de no decir nada más. Cuando nada más comenzar un tema de conversación nuestros hijos se ponga a la defensiva o se desaten, basta con que les recordemos que si nosotros hacemos el esfuerzo de contenernos y de hablarles en un tono tranquilo y respetuoso, ellos tienen que correspondernos del mismo modo. Y si no es posible, se deja la conversación para otro momento en que estén o estemos más tranquilos.

Si nos habituamos y les habituamos a hacerlo así, podremos comprobar que las palabras justas pronunciadas con el tono adecuado producen a menudo un efecto balsámico instantáneo y restablecen la escucha y la buena sintonía. Sin embargo, cuando una situación nos sobrepasa, la tendencia es normalmente contraria. Solemos desahogarnos sermoneándoles o regañándoles hasta que hemos soltado toda la tensión y, sin darnos cuenta, comenzamos a mezclar otras cuestiones que no vienen al caso y, enredamos más las cosas. Perdemos claridad y, aunque tengamos razón, perdemos también autoridad. Quizás sea lo que mejor he aprendido durante la adolescencia de mi hijo: a contenerme.

Extrato del libro “Adolescentes. Qué maravilla” de Plataforma Editorial.

 

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Adolescentes “Qué maravilla”
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El adolescente indomable

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3 Comentarios
  • Anónimo
    Escrito el 01:00h, 27 octubre

    HOLA

    TENGO UNA HIJA DE 11 AÑOS Y ACABO DE TENER UN BEBE EL TIENE 2 MESES, PERO MI HIJA ESTA MUY CELOSA, AGRESIVA, REBELDE, GROSERA Y NO SE COMO MANEJAR LA SITUACION.

    GRACIAS

  • admin
    Escrito el 13:07h, 27 octubre

    Hola, creo que para que tu hija cambie de comportamiento debe cambiar lo que le está originando ese comportamiento, me explico, si tu hija está así realmente por sufrir celos de la hermana (lo cual es muy normal y natural) pues hay que trabajar en ese sentido, pero si es por otra cosa pues tendrás que descubrirlo y actuar en consecuencia. Si es por celos la solución podría ser bastante sencilla: deberás dedicarle tiempo de calidad a tu hija para compensar el destrono sufrido por el nacimiento de la hermana, dale mucho amor, comprensión y dile todos los días lo mucho que la quieres, y la suerte que tienes de tenerla para que te ayude y te apoye con el bebé. Explícale también que ella ha sido afortunada porque ha sido hija única durante 11 años, privilegio que no gozará tu segundo hijo, dile que debe entender que la quieres igual que antes y que le dedicarás todo el tiempo que puedas, pasa un rato a solas con ella todos los días, mientras la pequeña duerme, para hablar de sus cosas, no es para hacerle un interrogatorio, sino para ser amigas, tu le cuentas tus cosas y ella también, aprovecha para acrecentar el vínculo, y verás como mejorará su actitud.

  • Anónimo
    Escrito el 17:12h, 07 enero

    Tengo un hijo de 13 anos con un caràcter muy provocador, usa palabrotas y cuando se enfada es capaz de romper una puerta, cristal. No controla sus atques de furia. Aunque lo castigamos cada vez que lo hace, no mejora, repite siempre el mismo comportamiento. Què debemos hacer nosotros?